Un estudio encargado por la Comisión europea señala que la retirada de los ingredientes activos de plaguicidas tradicionales como resultado de la revisión de los biocidas en la UE podría plantear un serio problema para el control de plagas en europa y las diferentes industrias, así como para los usuarios y representantes locales.
Los que defienden la propuesta apuntan que se crean beneficios para el medio ambiente y la salud eliminando diversas sustancias activas de alto riesgo del mercado.
Una de las principales preocupaciones es el riesgo del desarrollo de resistencia en plagas debido a la disminución en el número de diferentes modos de acción disponibles.
Un ejemplo, la retirada del insecticida, clorpirifos, es considerado un "serio problema". Dow AgroSciences decidió retirar su apoyo de usos no agrícolas de clorpirifos debido al coste de registro de biocidas. Además de la retirada del clorpirifos, la industria de control de plagas está particularmente preocupada sobre la retirada de sustancias activas tradicionales tales como calciferol, hidrometilnona, metilpirimifos y citronela. La industria es crítica sobre la desaparición de sustancias activas como el ácido bórico y aceite de citronela "que han sido utilizados durante décadas sin problemas".