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lunes, 27 de diciembre de 2010

CATÁSTROFES Y PLAGAS VAN COGIDAS DE LA MANO (Parte I)

Una catástrofe es una exhibición de poder de la naturaleza, concentrado en el tiempo y el espacio que desborda los niveles de tolerancia de los ecosistemas.
Cuando se produce el desastre natural, se destruyen los ecosistemas y por tanto se alteran las relaciones entre los seres vivos y, entre ellos y el medio.
La vida natural ha estado condicionada por los cambios catastróficos ocurridos en la Tierra. En la actualidad se considera que habitamos el planeta solo el 1% de las especies que han existido. Es más, la evolución de la vida se produce en razón a que se rompen de forma periódica las relaciones de equilibrio en los ecosistemas por lo que algunas especies pueden ser sustituidas por otras más adaptados a las nuevas condiciones surgidas tras la catástrofe.
¿Cómo responderán los ecosistemas? ¿Tenemos información contrastada de la situación natural de los ecosistemas? ¿Conocemos las complejas interacciones entre los distintos componentes del ecosistema? ¿Conocemos el funcionamiento de los ecosistemas? ¿Conocemos como viven y producen los organismos que son nuestro recurso?
Son preguntas que, en nuestra opinión, tiene una respuesta clara. De manera muy difícil y por aproximaciones, muchas veces derivadas de lo que otros hicieron.
No existe una recopilación de toda la información sobre la relación entre catástrofes y la aparición de plagas, ni existen bases de datos en los que se recopilen todos aquellos que están disponibles, tampoco las administraciones se han preocupado de contratar a expertos que sinteticen y controlen la poca información que se posee.
Y entonces ¿cómo evaluamos los costes ecológicos? Sabemos que los ecosistemas sufren daños importantes, que las poblaciones de muchas especies descienden peligrosamente, y que si se plantean estudios bien diseñados se pueden detectar efectos a largo plazo.

Los eventos adversos generan mayores demandas de atención de salud al incrementar el riesgo de aparición y propagación de enfermedades transmitidas de persona a persona, por agua y alimentos, y aquellas que son transmitidas por vectores; así mismo se requieren mayores recursos para atender los lesionados por los efectos directos del evento adverso.
Cuando se habla de Riesgo Natural, nos referimos a la probabilidad de que un fenómeno natural ponga en peligro a una región determinada durante un tiempo dado. Se admite normalmente que la “vulnerabilidad” de un elemento territorial expuesto a un riesgo natural, corresponde a un “grado de destrucción” en relación con la inquietud estimada del fenómeno natural destructor.
Las emergencias y desastres pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo. Estos afectan la salud humana, las vidas de las personas y la infraestructura que los protege. Los problemas de salud ambiental derivados de las emergencias y desastres están relacionados con sus efectos en el ambiente físico, biológico y social que representan una amenaza para la salud humana, el bienestar y la supervivencia, incluidos los refugios, el agua, el saneamiento, las enfermedades causadas por vectores, la contaminación, etc.
Los desastres generalmente se subdividen por razones didácticas en dos amplias categorías: aquellos causados por fuerzas naturales (desastres naturales) y los causados o generados por los humanos (antropológicos o tecnológicos). Los primeros surgen de las fuerzas de la naturaleza, tales como, terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, incendios, tornados y temperaturas extremas; en tanto, los desastres o situaciones de emergencia generados por los humanos son aquellos en los cuales las principales causas directas son acciones humanas identificables, deliberadas o no, ya sea por accidentes industriales mayores, incidentes severos de contaminación, descargas nucleares no planeadas, grandes incendios, o explosivos o materiales nucleares. En definitiva, la diferencia entre ambos tipos de desastres puede ser poco clara, ya que un
El impacto ambiental de los peligros naturales, en particular la pérdida de servicios ambientales como el agua, los bosques, la biodiversidad y la función de los ecosistemas, entre otros, también es difícil de evaluar y a menudo se subestima.
Los desastres son considerados un problema de salud pública por varias razones:
• Pueden causar un número inesperado de muertes, lesiones o enfermedades en la comunidad afectada que exceden las capacidades terapéuticas de los servicios locales de salud y requerir ayuda externa.
• Pueden destruir la infraestructura local de salud
• Algunos pueden tener efectos adversos sobre el medio ambiente y la población, al aumentar el riesgo potencial de enfermedades transmisibles y peligros ambientales que incrementarán la morbilidad, las muertes prematuras y la disminución de la calidad de vida.
• Algunos desastres pueden causar escasez de alimentos.

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